El baño
Corremos, casi todo el mundo que está en la cafetería. Cristal está tumbada en el suelo, Lidia busca pulso sin éxito. Ensangrentada, alguien le ha estampado la cabeza en el espejo y estrangulado el cuello con un pañuelo, de esos complementos que compras en mercadillos y Parfois. Viene Emergencias, la Policía, un doctor forense y un equipo del Juzgado. Nos van a tomar a todos declaración. El dueño declara que hay cámaras, pero no en baño, aunque se va a intentar revisar a todos los clientes que han entrado e intentar identificar, especialmente, quienes fueron al aseo.
Aparece Mario. Me abraza, amistosamente, mientras loro. Laura también está con nosotros, aunque algo apartada, también afectada. Otra muerte, otro cadáver. Y todos temblando. Ilógico que pasen estas cosas. Nos escogen a las primeras en declarar. Primero Laura, luego yo. Y comento lo de las web porno, algo que yo no sabía, confirmando la declaración de mi amiga. Aunque, ya dudo. No porque piense que pueda ser asesina (quién sabe, a lo mejor fue ella quien mató a mi novio enamorada o por traición o venganza...) sino por como se ha portado, sin decir nada, aceptando ser cómplice de un engaño, traición a la amistad, daño emocional... También ya sabemos cuál es la web que hizo, en la que se lucraba con ellas y algunas más: "www.placercreciente.com", y que el sólo salía de espaldas, de cuerpo, nunca se rostro...
Al salir, vemos a la madre de Cristal. Su padre falleció, y no tiene hermanos. Está destrozada, y por ella, si me sabe mal. Pero Cristal no era tan buena, y no sólo por lo de los vídeos: hay mucho más que decir, que lo de hoy rigurosamente preguntado y contestado.
Mario me dice que me acompaña a casa. Voy a pedirle un favor: quiero que veamos la web, antes de que la Policía la eliminé para investigar. Me dice que no es posible, y que seguramente mañana o pasado vaya a comisaría para navegar en ella con algunos oficiales, y a ver, si se reconoce a alguien más...
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